Rafael Nadal pudo cumplir con sus dos grandes compromisos, de importancia claramente diferenciada, en un miércoles en el que necesitó de una contrarreloj para recorrer la ciudad en tiempo récord. Rafa completó un regreso triunfal en el Mutua Madrid Open tras su baja de mes y medio, participó en el homenaje a Manolo Santana y atendió a la prensa antes de ducharse y cambiarse para poner rumbo al Santiago Bernabéu, preparado para animar como un seguidor más al Real Madrid en su intento de remontada ante el Manchester City.
Después de una hora y 55 minutos sobre el tapete central de la Caja Mágica, Nadal pudo celebrar una victoria balsámica ante Kecmanovic que considera importantísima para sus aspiraciones de llegar al mejor nivel posible cuanto antes. Eran las 18:44 horas cuando Nadal, con ace, cerraba de forma magistral un encuentro en el que comenzó con brillantez y acabó tirando de oficio en el tie break. Kecmanovic era historia y había llegado la hora de solventar con la mayor profesionalidad posible los compromisos previos a su última parada del día.
En cuestión de media hora, Nadal participó en el sentido homenaje del torneo a su alma mater, Manolo Santana, y salió corriendo hacia la zona de prensa, donde atendería de forma reposada a los medios de comunicación, mostrando sus sensaciones tras conseguir la victoria en su debut en el Mutua Madrid Open.
“No sé qué espero, disfrutar el partido y espero que el Madrid gane. Por supuesto quiero irme pero sé cuál es mi trabajo. Me hubiera gustado llegar con un poco antes”, comentó sobre el partido del Real Madrid, ya en su cabeza, provocando las risas de los periodistas presentes en la sala de prensa.
De ahí, con el tiempo justo, Rafa pasó por la ducha y se vistió para la ocasión. Tocaba subirse a uno de los coches de la organización y salir pitando hacia una de las grandes citas de la temporada futbolística, toda una vuelta de semifinales de la Champions League, con su Real Madrid opositando a otra remontada histórica.